top of page
  • Foto del escritorTomás Ezequiel Berlín Arjones

La liturgia: la introducción a Dios



¿Qué es la liturgia? ¿Por qué ocupa un lugar central para la Iglesia Católica? La liturgia es uno de los misterios más hondos de la Iglesia y de la historia. Parece algo distinto de la teología (disciplina que se ocupa del conocimiento sobre Dios) pero es pura teología.


En este pequeño escrito quiero profundizar en la liturgia como «introducción a Dios». Introducir viene del latín introducere, que significa “conducir/guiar hacia dentro”. Por ende, en la introducción encontramos una clara, aunque incipiente, alusión a un pasaje, en este caso a una interpelación, a un traspaso, a una entrada.


¿Por qué la liturgia es una permanente introducción? Esta pregunta es la que nos convoca. ¿Cómo conocemos a Dios? ¿Qué maneras de conocerlo podemos practicar como “seres humanos”? Este misterio en el que somos iniciados es algo que se nos ha comunicado por la revelación. La liturgia cristiana es eminentemente katabática, fundamentalmente descendente. Esto quiere decir que viene de Dios.


Muchas veces ponemos más énfasis en los sujetos que hacen y no en Dios, que es el protagonista principal y agente en el cual toda la liturgia tiene sentido, funcionalidad y dinamicidad. Por ser Dios el agente principal y el espacio en el cual esta llega a su cumplimiento, en la práctica litúrgica no sólo interfiere el obrar de la persona humana en comunidad, sino principalmente el obrar de Dios que crea el cosmos divino en el cual todo se vuelve tiempo santo, tiempo de Dios, kairós.


En la práctica litúrgica convergen dos libertades interactuando: la de Dios y la humana. ¿Qué implicancias tiene en la práctica litúrgica que obre Dios? La liturgia cristiana es actualización: hay presencia real, no sólo memoria. Si fuera sólo el obrar humano, encontraríamos “memoria”, recuerdo subjetivo, en el cual nosotros nos dirigimos hacia el pasado en búsqueda del acontecimiento. Al obrar y constituirse la liturgia en Dios mismo, se da lo que llamamos “memorial”. El memorial es una presencia objetiva, no subjetiva. A diferencia del recuerdo, que se dirige al pasado, el memorial trae el acontecimiento al presente, lo actualiza frente a nuevos partícipes que se convierten en testigos de tal acontecimiento. Por eso decimos que en la liturgia somos sumergidos en el kairós, el tiempo propicio, el tiempo de Dios.


De ahí, que mientras mayor sea la participación, tanto más soy incorporado al misterio de Dios. En la medida que participás, empezás a captar, porque la liturgia es una instancia de revelación. Al frecuentar la celebración litúrgica, somos educados en el misterio de Dios. Eso no quiere decir "saber" más sobre Dios, "entender" más su modo de obrar, ni nada de ese estilo. Sino, más bien, tiene función pedagógica, somos instruidos en la capacidad de escucha y, por ende, en la obediencia; se fortalecen nuestras virtudes, emergen nuestros dones, somos dóciles a las inspiraciones del Espíritu Santo y podemos responder con mayor fidelidad a las solicitudes de la voluntad de Dios.


La liturgia no es algo que la persona humana inventa sino que es algo que Dios nos regala. Por eso la liturgia terrenal representa y es imagen semejante de la liturgia celestial, es Dios quien pone las coordenadas. Te animo a dejarte introducir a Dios desde la liturgia, participar con consciencia y atención para cultivar un oído creyente y obediente, dócil y agudo, para saber discernir las inspiraciones del Espíritu que renueva, unifica, crea y sana.


-

Tomás Ezequiel Berlín Arjones

Estudiante de Teología

IG: @teologiaencamino


Fra Angelico, Virgen de la humildad (1433-1435)



477 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Commentaires


SYNAXIS

Un blog sobre formación litúrgica

bottom of page