La solemnidad del Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo
El día 24 de diciembre, con las primeras vísperas de la liturgia de las horas, comienza a celebrarse esta solemnidad. Contiene cuatro formularios de Misa, a saber:
- Misa vespertina de la vigilia (en la tarde del 24 de diciembre)
- Misa de la noche
- Misa de la aurora
- Misa del día
¿Por qué existen tantos formularios distintos para la Navidad? Por una costumbre que nació en Roma en los primeros siglos, en las celebraciones del Papa.
El Papa presidía una primera Misa en la tarde del 24 después de la hora Nona. Luego celebraba (mox ut gallus cantaverit, después que el gallo ha cantado), hacia la medianoche, una primera Misa en el pequeño oratorio ad praesepium (del pesebre) detrás del altar mayor de la Basílica de santa María. Sólo comulgaba él, era una Misa privada. Luego del oficio solemne de la liturgia de las horas, durante la mañana, iba a la Basílica de santa Anastasia y celebraba allí para los prelados de la Curia Romana. Esta Misa, durante la Edad Media, estaba especialmente destinada a los cristianos griegos que vivían en Roma. Finalmente, cantaba la tercera Misa en la Basílica de santa María (la de san Pedro le quedaba más lejos) con todo el pueblo. Esta triple Misa de Navidad ya estaba establecida a mediados del siglo VI, y han quedado por ello tres formularios de Misa (como veremos más adelante).
En dicha solemnidad, ya desde la Misa vespertina de la vigilia, vuelve a entonarse solemnemente el Gloria, las vestimentas son festivas (blancas con detalles dorados o coloridos), y se sugiere que junto al altar esté la imagen del Niño Jesús.
Según la tradición de la Iglesia de Roma, al comenzar la Misa de la noche, presidida por el Papa, un diácono o un cantor entona el pregón de Navidad llamado Calenda, donde se hace un recorrido de la historia de la salvación hasta llegar al Nacimiento del Señor. Se va mostrando cuántos años pasaron de tal acontecimiento histórico. Por ejemplo: «cerca de mil años después de la unción de David como Rey», o «en el año 742 de la fundación de Roma». Imagínense que, en la antigüedad no existían los calendarios como hoy, y la gente escuchaba los hechos que sucedían en Misa. Después del canto del pregón, en Roma se descubre la imagen del Niño Jesús, se la adorna con flores y se la venera con el incienso. Al final de la Misa, se realiza una procesión para llevar la imagen al pesebre.
Si tomamos algunos textos eucológicos y bíblicos, pareciera que las Misas del día de Navidad aludan al nacimiento histórico de Cristo (María da a luz), al espiritual en el corazón de los fieles (los pastores) y a la generación eterna del Verbo por el Padre (En el principio existía la Palabra…). Pero esto es sólo una interpretación litúrgica que hacen algunos autores.
Resumiendo, tenemos para la solemnidad del Nacimiento del Señor cuatro Misas: la de vigilia el 24 y tres del día 25.
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